Dioniso (nombre romano: Baco) era el antiguo dios del vino, la alegría y el teatro. Siendo el chico malo del Monte Olimpo, era quizás el más alegre y colorido de los dioses olímpicos.
El dios del vino Dionisio fue el único de los Olímpicos nacido de madre mortal, y el único que nació tres veces. He aquí su historia.
La madre del dios del vino Dioniso
Cierta vez el dios Zeus se enamoró de una princesa muy bella llamada Sémele. El Dios solía visitarla en su Palacio cuando ella salía de paseo. Estaba tan enamorado que cuando supo que Sémele esperaba un hijo, le juro por las aguas del Rio Estigia qué le daría lo que ella le pidiera.
La diosa Hera se había enterado del romance y planeaba la manera de vengarse de su esposo. Aprovechó el juramento que Zeus le había hecho a Sémele y, mientras la princesa dormida, sembró en su mente el deseo de ver a Zeus tal como era y no en su forma mortal. Cuándo Sémele despertó al día siguiente, salió a dar su paseo matutino, y al encontrarse con el Dios Zeus le dijo que ya había pensado su deseo.
El Dios escuchó y trató de persuadirla, ya que para los humanos era imposible verlo en su forma verdadera, porque encontraban la muerte.
Sémele no quiso cambiar de idea y le demandó que cumpliera su palabra. Cómo Zeus había hecho un juramento sagrado tuvo que obedecer a la princesa. Efectivamente, se mostró con toda la fuerza del trueno y del Rayo, Sémele murió de la impresión.
Los nacimientos del dios del vino Dionisio
Zeus, muy apesadumbrado, abrió el vientre de la joven para extraer al niño y salvarlo. Este sería su primer nacimiento del dios del vino Dionisio. Sin embargo, como aún no era tiempo de que viviera, Zeus tuvo que hacerse un corte en el muslo para poner a la criatura adentro hasta que estuviera lista para venir al mundo.
Cuando el niño alcanzó un completo desarrollo salió de la pierna de Zeus, y él le puso por nombre Dionisio. Este fue su segundo nacimiento.
Sin embargo, a la diosa Hera no le bastó con haber ocasionado la muerte de Sémele, también quería deshacerse del Pequeño y futuro dios del vino Dionisio, así que fue donde a los titanes y les ordenó que distrajera al niño Dionisio, lo alejara de la mirada protectora de su padre y lo matarán. Los titanes obedecieron y, valiéndose de varios juguetes, lograron que Dionisio los siguiera. Cuando se distanciaron lo suficiente, lo amarraron de pies y manos y lo asaron para comer su carne.
Al enterarse Zeus de lo sucedido le pidió ayuda a atenea. Ella salió en busca de los restos del Pequeño Dionisio, pero sólo pudo recuperar el corazón; por su parte, Zeus encontró los miembros. Hicieron un hueco en la tierra y allí los depositaron. La diosa Gea reunió todos los pedazos en su interior y logró devolverle la vida al pequeño Dionisio. Así fue como el futuro Dios del vino Dionisio nació por tercera vez.
Dionisio descubre el vino
Para evitar que algo parecido volviera a suceder, Zeus dejó a su hijo Al cuidado de Atamante, rey de Orcómene, e Ino, su esposa y hermana de Sémele. Al principio los reyes lo vistieron con ropas de niña para que la diosa Hera no lo pudiera encontrar. Pero la estrategia no funcionó. La furibunda esposa de Zeus planeo una venganza: Enloqueció a Atamante y lo impulsó a matar a su hijo Learco. Cuando el rey dominado por la diosa Hera, también intento matar a Ino, el Dios del vino Dionisio lo dejó ciego para impedírselo, y en su lugar el rey mató una cabra. A pesar de qué Dios del vino Dionisio había logrado salvar a Ino, esta cayó en una profunda tristeza por la muerte de su hijo y la locura de su esposo.
La pena la llevó a lanzarse al mar. Por amor de Zeus al Dios del vino, el crónida no permitió qué Ino llegar al mundo subterráneo y la transformó en una Leucotea, diosa de los mares. Para mantener a salvo al Dios del vino Dionisio, lo convirtió en cabrito y le pidió a las Oreadas o ninfas de las montañas que lo cuidarán en el monte Nisa.
Allí Dionisio conoció las uvas y jugando con ellas logró hacer vino de ahí su sagrado nombre que representa al dios del vino. Desde entonces se le relaciona con los ciclos naturales de La Vid y con las fiestas del vino. Los antiguos griegos decían que el dios del vino Dionisio moría todos los años con el invierno, al igual que los viñedos, y volvía a nacer en abril, cuando la primavera así a retoñar las plantas de vid.
El dios del vino Dionisio personifica los extremos de la naturaleza humana, los aspectos más contradictorios de los hombres qué salen a la luz con la embriaguez. Es un Dios alavés destructor y benefactor de los hombres, el vino.
Reconociendo a Dionisio el dios del vino
Dioniso ya era considerado el dios del vino, pero realmente era un semidiós, una día el dios Hefesto atrapo a la diosa Hera en una trampa montada en un trono que había creado bajo ordenes de Zeus, el dios del vino Dionisio fue enviado a buscarlo y pudo persuadir a Hefesto (probablemente con vino) para que regresara al Monte Olimpo y liberara a Hera, que había sido atrapada por Hefesto y su trampa.
Hera en su gratitud se aseguró de que Dioniso, se convirtiera en un dios olímpico completo con permiso para residir en el Monte Olimpo para siempre.
Licurgo, rey de Tracia, y Penteo, rey de Tebas, sufrieron la ira de Dioniso cuando prudentemente trataron de detener los excesos de las fiestas del dios. El primero se volvió loco y el segundo fue despedazado por un grupo de adoradoras enloquecidas después de haberse disfrazado de mujer para espiar su libertinaje
Otros mitos del dios del vino Dionisio
Otro mito habla del secuestro de Dioniso por piratas que desconocían su identidad. El dios transformó el mástil del barco en una enorme enredadera, las velas goteaban de vino y un coro celestial llenaba el aire de música. el dios del vino Dioniso se transformó en león y, asistido por un oso, despachó al capitán pirata. Aterrorizados, los demás tripulantes saltaron por la borda y se convirtieron en delfines. Sólo el timonel sobrevivió al encuentro, ya que había aconsejado a sus compañeros de tripulación que no secuestraran al extraño en primer lugar, y el barco se dirigió a Naxos, donde el dios permaneció durante un tiempo, enamorándose y casándose con Ariadna cuando Teseo se detuvo a su regreso para no matar al minotauro. Cuando Ariadna murió, en su memoria Dioniso hizo su diadema de boda en la constelación de la Corona.